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Trabajo minero

El andarivel de Lo Barnechea

A partir de una fotografía de las faenas mineras que se realizaban en un yacimiento de la cordillera, se rescata la historia de los trabajadores de un peligroso andarivel que transportaba el mineral.

02 de diciembre de 2009
El andarivel de Lo Barnechea

Mineros trabajando en La Disputada.

Desde principios del siglo XX, la zona precordillerana de Lo Barnechea se estableció como un lugar de aprovisionamiento y transporte del cobre que se explotaba en el yacimiento La Disputada de Las Condes, ubicado en la Cordillera de los Andes. Esta fotografía de 1964, presenta las labores de dos trabajadores de esta veta minera, en una torre del andarivel en el que se trasladaba el metal.

En los inicios de la explotación de este yacimiento, el cobre se acarreaba desde la cordillera en recuas de mulas, hasta descargarlo en el sector Las Puertas -actualmente la Plaza San Enrique-, en Lo Barnechea. Para automatizar esta labor, en 1924 se inauguró un andarivel que era utilizado para transportar los sacos con concentrado de cobre y trasladar a los mineros.

Lorenzo Montenegro, arriero de Lo Barnechea, relata que su padre realizaba el trabajo de "recorredor", que consistía en inspeccionar cada torre del andarivel para verificar si las cuerdas "estaban cortadas o tenían pana (...), movían un carro con dos ruedas afirmadas en un cable y tirado por una piola, el que venía para abajo tiraba al que iba para arriba, sin electricidad, sin nada". Lorenzo Montenegro agrega que esta actividad era muy peligrosa, debido a que, para avanzar a la siguiente torre, los "recorredores" tenían que saltar entre dos carros en movimiento a una altura de 500 a 1000 metros.

Además de los riesgos asociados a la actividad minera, se sumaba la inseguridad del andarivel en las labores de carga de los sacos de cobre y en el traslado de los trabajadores. En el testimonio de Margarita Gana, pobladora de Lo Barnechea, se refleja el peligro de este mecanismo: "En este andarivel hay muchos muertos, muchos que se caían de los carritos cuando venían bajando (...) hay muchas animitas, cruces por todos lados. Muchas veces desaparecían los mineros y tenían que salir a buscarlos, y después ya los encontraban en una quebrada, porque se cayeron del carrito. Sí, se corrían muchos riesgos. De repente se cortaba una piola y también caían los carros".

A pesar del avance que significó el andarivel en el transporte de carga, el traslado de las herramientas con las que se realizaba su mantención se siguió haciendo a través de los caminos pre-cordilleranos en recuas de caballos o de mulas. A esta labor se dedicó, durante la década del 50, el padre de Margarita Gana.

El andarivel dejó de utilizarse gradualmente, entre las décadas de 1970 y 1980, a partir de la construcción de un camino que permitió el transporte del metal en camiones, terminando con las labores que realizaban los trabajadores que se dedicaban a su mantención.

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