Algunas localidades como Cochamó quedaron incomunicadas por el cierre de los caminos y el colapso de las líneas telefónicas, también varias escuelas y centros de trabajo debieron suspender sus actividades.

Décadas antes, este macizo, ubicado a 30 kilómetros al noreste de Puerto Montt, ya había mostrado su potencial destructivo. El 27 de enero de 1961 los habitantes de la provincia de Llanquihue vieron una columna de ceniza que se erigía sobre ellos. Días más tarde, el 1 de febrero, se produjo una erupción que expulsó material pirocláctico por su ladera, generando una avalancha que se expandió por los terrenos ubicados a su alrededor.

El 10 de marzo, a eso de las 06:00 horas, se produjo un segundo estallido que aumentó el volumen de la fumarola y demostró, una vez más, la energía de este volcán.

Producto de las explosiones, este territorio fue remecido nuevamente un año después de que la zona sufriera el terremoto más intenso registrado en la historia y cuyo epicentro fue en Valdivia.

Fotografías que cuentan esta historia

En una época donde las cámaras y medios de registro fotográfico aún no proliferaban como en la actualidad, las imágenes que comprenden esta colección son muy peculiares ya que retratan justo el momento de la erupción y el cráter humeante.

Tótila Lintz, vecino de Puerto Montt, donó imágenes a color (una singularidad para esa época) que muestran la columna de humo producida por la explosión del 10 de febrero a las 06:15 hrs.

Desde Cochamó, Karen Villarroel aportó una fotografía en blanco y negro, que muestra la fumarola desde la ladera sureste del macizo y la amenaza para los habitantes de la localidad.

El pionero de la fotografía de Puerto Montt, Kurt Grassau, dejó un importante testimonio gráfico de la historia del sur de Chile durante las décadas comprendidas entre 1950 y 1980. Su obra cuenta con imágenes de los principales desastres ocurridos en la provincia de Los Lagos: el terremoto de 1960 y la erupción del volcán Calbuco en 1961.

A lomo de caballo y en bicicleta recorrió zonas inaccesibles, que le permitieron registrar pueblos aislados y la magnitud de este proceso eruptivo. Así, llegó hasta las localidades de Correntoso, Ensenada y Río Blanco, camino a Lago Chapo, para capturar instantáneas que muestran la dimensión del desastre.

Hoy las fotografías de Kurt Grassau llegan a Memorias del Siglo XX gracias a la donación de su viuda, Elna Stange Ohlsen.