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El tesoro más grande que tenemos

Héctor Francisco Rivera Pastenes a los 6 meses de edad en Andacollo. Según recuerda su hija Evelin Rivera: “Aparece con los ojos muy abiertos porque tenía tos compulsiva y por eso, su madre María Pastenes viuda de Rivera lo entregó a la Virgen, para mejorar su salud. Desde ese momento, él le bailó a la virgen de Andacollo toda su vida, hasta la edad de 81 años cuando falleció”.

Año 1935.


El tesoro más grande que tenemos

Recursos aportados por el mismo donante

Rivera Guerrero, Evelin
Empezó como tamborero
Afuera de la basílica
Tamborero
Recién casados
Familia en Andacollo
Baile chino N°3 de El Molle
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