Memorias afrodescendientes
Reconocimiento de la cultura y la historia de los afrodescendientes en Chile, pretende lograr la agrupación Lumbanga a través de la generación de espacios de conversación que permiten recordar y compartir experiencias.
Reconocimiento de la cultura y la historia de los afrodescendientes en Chile, pretende lograr la agrupación Lumbanga a través de la generación de espacios de conversación que permiten recordar y compartir experiencias.
Esas historias dan cuenta de un país multicultural donde la cultura afro está presente desde sus inicios, "Margot Loyola dijo que en la construcción de lo que es Chile, también [participa] la madre africana y es súper importante tenerlo en cuenta", explica Christian Báez, vecino de Arica y dirigente de Lumbanga.
De "negros" a afrodescendientes, este cambio en el lenguaje es esencial para denominar una cultura que no sólo se limita al color de la piel. Christian señala que es necesario esta modificación porque "nosotros no nos pusimos negros, fue el colonizador que te impuso ese nombre: así te vai a llamar: negro, sambo, mulato, sambaigo".
Racismo y discriminación
La integración de los descendientes afro a una sociedad que reniega de su carácter intecultural, es un proceso complejo, como explica Guillermina Flores, afrodescendiente del valle de Azapa. En este esfuerzo, debía negar sus particularidades, recuerda Guillermina, partiendo por sus características físicas y por desconocer los diversos elementos que unen e identifican a su cultura.
Ser afro significaba ser diferente y estar subordinado, por ejemplo, en la vida cotidiana "un negro no podía usar sombrero de paño, tenía que ponerse esos sombreros de paja, no más. Un negro con sombrero de paño era burla. Tenía su sombrerito de paño mi abuelo, pero lo tenía guardadito, para ciertas ocasiones, para ir a la fiesta de San Miguel que es el patrono del valle. Ahí se ponía su sombrerito (…) siempre con miedo de que lo vayan a reprender", relata.
El carácter racista de las relaciones sociales, se materializaba también en la vida religiosa. Los afrodescendientes no podían ingresar a la iglesia, como explica Christian: "Las señoritas blancas si entraban, tenían derecho. El negro quedaba afuera y afuera le ponían una cruz para que el negro adorara".
En la actualidad, muchos de sus descendientes se mezclan con chilenos y ello no es azaroso, "[Es] todo un tema de educación, porque de niños te enseñan que había que arreglar la raza. Sin maldad, tu familia te empieza a decir que tú tienes que [dejar] a indígenas y negras a un lado y [de] todas las blancas, ahí tienes que elegir", cuenta Christian.
Él es producto de una unión de estas características, su padre es afro y su madre blanca. "Cuenta mi abuela que mi papá, cuando conoció a mi mamá, la recorrió por todo el valle a caballo, mostrando que tenía una blanca, una polola blanca. Las negras que tenía antes, las veía atrás del callejón, pololeaba en el callejón, no las subía al caballo".
Orgullo afro
Todas estas experiencias de negación e invisibilización, estimularon el surgimiento de organizaciones de rescate y reconocimiento de la cultura afro. "El Lumbanga entiende que para reconstruir es necesario recuperar la memoria oral que estaba oculta, porque los archivos que hablan de los negros hablan de que fueron esclavos, trabajaron algodón y murieron. Pero no hablan de la cosmovisión, del trasfondo de lo que es ser negro, ser afrochileno", cuenta Christian.
Esta tarea ha sido abordada a través de diversas instancias, entre ellas la Mesa Redonda de los Abuelos, cuyo propósito es compartir experiencias y recuerdos con las nuevas generaciones. De esta instancia, participa como dirigenta, Guillermina Flores.
También se ha hecho un esfuerzo por difundir el carnaval y la tumba, baile que los afrosdescendientes reconocen como propio.
Además, existe una demanda por reconocimiento de parte del Estado hacia la población afrodescendiente, partiendo por su incorporación como etnia en el Censo, exigencia que no fue aceptada en la medición nacional del año 2012. "Si no hubiera racismo, estaríamos reconocidos como afros y al no estar reconocidos, sigue habiendo racismo, un racismo estructural. Chile cuando se construye como República define que es un país de blancos", explica Christian sobre la importancia de este paso para los afrodescendientes.